Mantequilla de pera




Hola César,

Me he estado acordando mucho de ti ultimamente y sobretodo de aquella vez que me invitaste a Surutato a envasar duraznos, ¿te acuerdas? Muy "aCastulada" te contesté que yo iba de vacaciones y no a trabajar. Al final me pegué, cual guachapori, con mis primos y sus amigos que fueron a pasar un fin de semana en Surutato. Nunca me imagine que en pleno agosto iba a sentir frío y pasar mi cumple entre la niebla, la lluvia y el olor a pino. Tampoco me imagine que el camino fuera tan tortuoso y no ibamos ni a la mitad y yo ya quería pedir esquina.

Al llegar te fui a buscar a la cabaña y la abuelita no me debe haber visto con buenos ojos porque le quite a uno de sus ayudantes por el fin de semana. Te convertiste en nuestro guía y nos acompañaste a recorrer algunos poblados de la sierra. En ese viaje me di cuenta que poquito conocía mi Sinaloa y todas las cosas que tenía por aprender. También me acuerdo que tu pronóstico del tiempo no fue acertado y nos agarró un llovidón y desde entonces en mi familia te pusieron el apodo de un calendario muy chafa que siempre se equivocaba en sus predicciones, lo malo es que no me acuerdo del apodo.

Al final nos pasamos unos días muy divertidos y lo único que me pesa, ahora, es no haber ido a la cabaña a envasar duraznos con Doña Oralia. Deja te cuento por qué: Resulta que ahora que voy a ser mamá me ha dado por lo orgánico, cero conservadores, cocinar a la antigua, en pocas palabras ahora quiero ser una mujer "de las de antes". Lo malo fue que me costó años, vivir en otro país y tener un hijo para darme cuenta de todo lo que pude aprender cuando estaba en México y deje pasar la oportunidad por floja.

Pero como nunca es tarde para rectificar ahora vía facetime acoso a mi mamá para que me pase sus secretos. Ya me hice de la receta secreta de la familia, la famosa mermelada de tomate de mi abuela Clementina, la favorita de mi papá y a la que yo le hice durante mucho tiempo la cara de fuchi. El día que me decidí a probarla fue como una revelación y ahora hasta la extraño, así que me hice una poca para recordar sabores de casa. ¿Y qué crees? Se me ocurrió que puedo hacer mermelada de tomate y venderla como un artículo exótico en el mercadito que se pone un domingo al mes en mi pueblito. Es otra de esas ideas locas que tengo de vez en cuando, como cuando andaba con lo de la chiva, ¿te acuerdas? Debo agradecer que por más locas que fueran mis ideas tú nunca las descalificaste. Mr. Iloveyou no está muy convencido, pero un día me dijo: "¿Y qué otros sabores vas a tener? Porque no se puede hacer negocio con sólo un sabor". Tendrá razón pensé yo y me puse a buscar recetas de mermeladas en internet.

Encontré un par que se me antojaron, una mantequilla de manzana y la otra mantequilla de pera. Me lancé como flecha veloz a las tiendas a ver qué ingredientes encontraba y ganaron las peras. Le dicen mantequilla a la reducción del pure de pera con azúcar y especias. Así que mientras Mr. Iloveyou y sus papás se fueron a jugar golf yo me puse a jugar con las peras y las especias. El resultado es una mermelada suave, con sabor ácidito y perfumada por el jengibre y la nuez moscada. Ampliamente recomendable para acompañarla por un pan tostado en el desayuno, yo la disfruté con pan tostado y queso (será el embarazo) y mi suegro dijo que estaría bien para acompañar carne de cerdo. Mira, aquí está la receta:

Mantequilla de Pera
Ingredientes:
De 2 a 2.250 kilos de peras Bartlett (Williams), son las verdes que se ponen amarillas cuando maduran, sin pelar, con todo y semillas, partidas en cuadros.
1 anís estrella
2 cucharadas de jengibre fresco rallado
2 tazas de agua
1 taza de limón
3-4 tazas de azúcar
½ cucharadita de cardamomo molido
½ cucharadita de nuez moscada molida
1 cucharadita de ralladura de limón.

Poner a cocer las peras con el agua, jugo de limón, jengibre y anís. Unos 25 minutos. Cuando están cocidas hacerlas puré con un machacador de frijoles, o con una batidora de inmersión, pasar el puré por un colador y descartar los sólidos (piel, semillas). Medir el puré en tazas.


Agregar media taza de azúcar por taza de puré, la ralladura de limón, cardamomo y nuez moscada. Cocer a fuego medio hasta que este espesa y con la consistencia adecuada. Para probar si ya está pon unos platitos en el congelador, pon un poco del puré en el plato y si cuando se enfríe no corre ya está. Que llegue al punto puede tomar desde 45 minutos hasta 2 horas.

Mientras se coce el puré esterilizas los frascos y tapaderas en agua hirviendo. Envasar la mermelada caliente en los frascos calientes, limpiar el borde de los frascos con una servitoalla húmeda y tapar sin apretar de más. Regresar los frascos tapados al agua hirviendo durante al menos 10 minutos. Sacar del agua hirviendo, colocar sobre una toalla y dejar reposar de 12 a 24 horas. En ese tiempo se crea el vacío que permite se conserve bien la mermelada hasta un año. Para checar si están bien cerradas tocar con los dedos o una cuchara el centro de la tapa, si suena hueco y no se ve abombado ya la hiciste. Etiquetar con la fecha y guardar en la alacena.

Yo no tenía anís, así que no se lo puse. Dicen que no pueden quitar mucha azúcar porque es lo que ayuda a que la mermelada se conserve.

Así que ¿cómo la ves? Vamos a ver cuánto me dura esta racha y hasta donde llegamos con las ideas locas. Cuando vuelva a México voy a tener que ir a sentarme con tu mamá a platicar largo y tendido, convencerla para que me cuente sus recetas y ya de pasadita comerme un pozolito con el Beto y Doña Yago. César te voy a extrañar mucho, nos quedamos sin conocer el nuevo restaurante de tu bahía favorita y de seguro en el Chicho´s se han de estar preguntando por qué no hemos ido, pero pues así es la vida cachito, algún día nos volveremos a encontrar y mientras yo espero que el comando Guachapori pueda visitar mi versión del Latifundio en Australia, porque por ahí tengo una botella de whisky de una sola malta (como le gustaba al Feroz) que se siente triste, sola y abandonada. Un abrazo con cariño y toda la luz para ti.

María Elena

Surutato, Sinaloa- Agosto 2007


Comentarios

  1. Lena querida! Primero pensé reclamarte porque no has escrito nada desde el año pasado, pero al leer esta nota (que no había visto) reflexioné que primero me pongo al día con tus recetas-anécdotas y mejor me guardo mis reclamos donde me quepan... Juar juar juar!!
    Un divertido y frío paseo en la sierra sinaloense, ¡qué ricura! y cuantos recuerdos por compartir.
    ¡Besos, Lena!!

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  2. Luna que gusto verte por aquí! Prometo solemnemente escribir las recetas que tengo en la lista de espera, baby Iloveyou y Facebook se llevan todo mi día, dejaré el Facebook para contarles mis aventuras culinarias.

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